top of page

El baile de las locas: denuncia y seducción

“La mujer no se ha centrado todavía lo bastante en sí misma y por ende no se ha convertido lo suficiente en mujer,

al menos no del modo en que vive en el anhelo de los mejores hombres de su época o de su propio anhelo”.

Andreas Lou Salomé


A lo largo de la historia, y hasta nuestros días, los cuerpos de las mujeres han sido un obscuro objeto de deseo. Los mitos cosmogónicos de diversos pueblos antiguos, los orígenes de las diferentes religiones pasan en buena medida por el cuerpo de la mujer.

¿Cómo se han pensado y han sido pensadas las mujeres a lo largo de la historia? ¿Cómo han sido contadas sus historias, sus cuerpos y su salud? ¿Este relato ha partido de un enfoque sesgado? Mujeres como objetos, como musas. Mujeres miradas, pintadas y narradas por hombres o por otras que inscriben, en los cuerpos propios y ajenos, las diferentes formas de miradas masculinas. ¿Hasta dónde la mirada influye sobre los cuerpos impactando en su salud física, mental y emocional? ¿Hasta qué punto se convierte en la propia mirada?


En su historia novelada, El baile de las locas, Victoria Mas (2021) relata la historia de los cuerpos de las histéricas que, si bien eran repudiadas por la burguesía del siglo XIX, también eran visitadas cada año en la cuaresma por la población parisina, para ser escudriñadas por una mirada muy masculina, aunque esta proviniera de las burguesas, consideradas sanas.

La Salpêtrière, ubicada en el extremo sureste de la ciudad, había empezado siendo una fábrica de pólvora, pero en 1656 Luis XIV decidió poner fin a la vagancia y la ociosidad, como fuente de todo desorden y convirtió el lugar en uno de los establecimientos que formaban parte del Hospital General de París.


Destinado a alojar a mujeres que la sociedad consideraba anormales, como señala Michel Foucault en su obra “Historia de la Locura en la Epoca Clásica”; La Salpêtrière no ofrecía tratamientos ni cuidados sino exclusión y recibía a las arrestadas en las calles de la capital francesa. En esa era del gran confinamiento, La Salpêtrière era usado como prisión para prostitutas, criminales dementes, discapacitadas mentales y pobres.

Con el tiempo, las razones para internar a mujeres en el lugar se multiplicaron y miles de huérfanas, lisiadas, ciegas, bastardas, mendigas, epilépticas, alcohólicas, seniles, suicidas, idiotas, moribundas, ladronas, criminales, brujas, hechiceras, protestantes, judías, melancólicas, lesbianas, prostitutas, locas, libertinas, depravadas, erotomaníacas, gordas, rebeldes, bohemias y demás terminaron tras esas magníficas puertas de hierro forjado.


“Mitad manicomio, mitad prisión, la Salpêtrière acogía todo aquello que París no sabía manejar: los enfermos y las mujeres” (Mas, 2021)

Al respecto, la autora va narrando cómo las mujeres eran internadas cuando el dicho de los hombres, algunas veces apoyado por otras mujeres, declaraba que su salud mental estaba comprometida aunque, en muchos casos se trataba de un juicio tergiversado para que el esposo pudiera relacionarse sentimentalmente con una nueva mujer, como sucedió en el siglo XVI con Juana la Loca, cuya reclusión en un palacio de Tordesillas, fue ordenado por Felipe el hermoso, para sus propios intereses extramaritales.

Juana I de Castilla, La Loca

A decir de su asistente (Makari, 2008), poco tiempo después de que Charcot fuera nombrado director de la Salpêtrière, empezó a interesarse profundamente por la histeria a raíz de un evento azaroso. Cuando el pabellón de epilépticos tuvo que ser remodelado y los enfermos fueron mezclados con las histéricas, éstas empezaron a tener cuadros convulsivos que hacían dudar de quiénes eran los enfermos originales.

Victoria Mas (2021) toma fragmentos de esta historia para narrar el así llamado Baile de las Locas, un evento anual en el que las pacientes del pabellón de histeria dirigido por Jean Martin Charcot, ofrecía un espectáculo, en donde, como sucedía en la Edad Media, las internas mostraban su cuerpo ante la mirada curiosa de los invitados.

Dos cuerpos; el biológico, que en tanto cuerpo es físico e individual y el simbólico, como construcción a la vez individual y colectivo. La mirada y su repercusión en las representaciones simbólicas pueden fomentar la violencia y proyectarla sobre el cuerpo físico. ¿Cuál era la intención de mostrar un cuerpo que habla de su dolor, de su <<a través del síntoma>>?

Si la mitología del origen de la creación muestra una forma de concebir el mundo frente al poder de lo desconocido y las fuerzas de la naturaleza, ¿qué mayor fuerza y qué misterio más profundo que la naturaleza que se manifiesta en el cuerpo femenino a través de su sensualidad, sexualidad y capacidad de dar vida? El misterio del nacimiento, indescifrable quizás para los primeros seres humanos y la vulnerabilidad temporal derivada de él han hecho de las mujeres un objeto odiado y deseado por igual.


Hablar de las mujeres es hablar de sus cuerpos. De sus funciones orgánicas, de sus formas y tamaños, de la mirada sobre ellos por parte de las sociedades que se han ido construyendo a lo largo del tiempo. También, sobre todo, es hablar de cómo los miran las propias mujeres, y cómo los narran; cómo se relacionan con ellos.


Cómo se habla de esos cuerpos, cómo se estudian sus enfermedades, cómo son nombradas. Cómo los cuerpos imperfectos, por su naturaleza humana y la socialización en la que se programa a las mujeres para ser perfectas; chocan y las dañan.


Los cuerpos no son sólo anatomía o biología, corporeidad; son subjetividad y relación con el otro.


Nacemos con un cuerpo que es asignado para tareas concretas, funciones preconcebidas. Se puede trabajar sobre el cuerpo. Reconocerte en él o no. La propia mirada importa, pero no es la única. El cuerpo es propio, pero la concepción sobre él es colectiva. ¿Qué mirada aplica la sociedad sobre los cuerpos femeninos? ¿Quién la determina? ¿Cómo influye en ella? ¿Son de nuestra propiedad los ojos que miran y juzgan? ¿Cómo se relacionan la salud de las mujeres y la mirada ancestral sobre sus cuerpos?


Bibliografía

Foucalt, M. (1967). La historia de la locura en la época clásica. México, Fondo de Cultura Económica.

Makari, G. (2012). Revolución en mente. México, Sexto piso.

Mas, V. (2021) El Baile de las locas. México, Penguin Random House. Título original (2019) Le ball des fols. Francia. Éditions Albin Michel.


Clínica de Atención psicológica y psicoanalítica

Agenda una entrevista vía WhatsApp (55) 3275 1330



Commentaires


Síguenos en todas nuestras redes sociales y disfruta de contenido totalmente GRATUITO y constantemente actualizado.

  • Facebook
  • YouTube
  • Instagram
  • Icono social de Spotify

Psicoanálisis Libre Psicoalibre S. C. 

Tel. (55) 3275 1330

Ciudad de México, México

bottom of page